Mi gran amigo Borja Ares, sin el cuál este Parlamento no existiría, cuando nos devanabamos los sesos pensando en cuánto se debería ocupar el PGH del pasado, del presente y del futuro, cuando inevitablemente estas disquisiciones nos llevaban a analizar nuestras relaciones con los “hispanistas”, un dia me dijo una frase de esas que encierran un pensamiento complejo en muy pocas palabras, un auténtico alarde de síntesis de ideas. Me dijo: “Manuel, el PGH no lo hacemos para los hispanistas, lo hacemos para los hispanos”
Esta visión es muy importante pero tampoco nos podemos engañar. Sin lugar a duda el Parlamento necesita a los hispanistas. No podemos de ninguna manera prescindir de personas con tanto conocimiento y con tanta capacidad de influencia.
Es evidente que el Parlamento tampoco puede avanzar sin los hispanos, los de hoy, los vivos, y estos hispanos se sienten más próximos a sus penurias de hoy que al Testamento de Isabel la Católica, por importante y maravilloso que sea el extraordinariamente visionario Testamento de la gran Isabel. Para conseguir que la visión hispanista nos ayude en el desarrollo del Parlamento Global Hispano necesitamos cultivar la empatía entre los hispanistas y los hispanos. De alguna manera es simplemente seguir la visión de la Reina Isabel cuando defendía más a los indios que al oro.
Solo en este año, en el 2024, podemos contabilizar miles de muertos y desaparecidos en México, víctimas de las guerrillas en Colombia, muertos por enfrentarse al gobierno y arrestados de forma irregular en Venezuela, niños separados de sus madres en la frontera de Estados Unidos, miles de hispanos durmiendo en el suelo en su migración hacia “el sueño americano”, víctimas inocentes del narcotráfico en casi todos los países hispanos, guineanos que siguen huyendo de su país y miles de otros hispanos sufriendo por mil motivos. ¿Desde el PGH podemos arreglar todos estos sufrimientos terribles? Por desgracia no, ojalá, pero tampoco podemos mostrarnos indiferentes ante el sufrimiento de los hispanos.
Debemos empatizar con ellos y manifestarlo. Podemos hacerlo por la fe en un Dios o por solidaridad o por justicia o por el sentimiento de que son parte de la hispanidad, pero lo que no podemos hacer es mirar hacia otro lado. Ningún hispano que sufra o vea a sus hijos sufrir va a prestar atención a los maravillosos discursos de Marcelo Gullo o Roca Barea ni a las fantásticas películas de López-Linares si no entiende que compartimos su sufrimiento.
Desde aquí pido a todos los hispanistas, los importantes y los menos importantes que se manifiesten cuando vean el sufrimiento de nuestros hermanos hispanos. Os necesitamos para empujar este proyecto del Parlamento Global Hispano. Nos jugamos mucho.
De corazón, muchas gracias.
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