EL próximo 29 de octubre los colombianos han sido convocados a las urnas para elegir los representantes regionales. Algo que debería formar parte de la rutina democrática del país hermano, se han convertido en una verdadera lucha por la libertad y los derechos humanos. Es el caso de nuestra compañera Diputada del Parlamento Global Hispano, Doña Diana Perafán, que ha presentado su candidatura como representante en el Cauca, uno de los treinta y dos departamentos que componen la República de Colombia. Con esto Diana ha realizado un acto de heroísmo pues ha sido amenazada de muerte por los movimientos guerrilleros de la zona.
Las guerrillas del ELN y disidentes de las FARC han convertido algunos territorios del interior de Colombia en un estado fallido, donde los representantes de la república carecen de los medios para mantener el control. Estas bandas armadas, financiadas por el narcotráfico y con el apoyo de algunos estados enemigos de lo justo, han impuesto el estado del terror. Cobran impuestos revolucionarios, realizan reclutas forzosas, persiguen a los cristianos y administran su ley sin piedad.
Sin duda, siete años después, el acuerdo de paz que alcanzó el ejecutivo de Manuel Santos con las FARC, se ha demostrado insuficiente, inacabado, e injusto pues no ha tenido la valentía de reconocer y resarcir el daño que las guerrillas han causado a los colombianos durante tantos años de terror.
Como miembro de la mesa de Gobierno del Parlamento Global Hispano quiero transmitir mi apoyo y solidaridad a todos los colombianos y especial a los valientes que, a pesar de los grandes peligros a los que han de hacer frente, presentan su candidatura para luchar por los principios de libertad, igualdad y justicia a los que todos tenemos derecho. Asimismo, conmino a las autoridades colombianas, encabezadas por su presidente Gustavo Petro, a tomar las acciones precisas para pacificar Colombia, permitiendo que todas iniciativas políticas tengan una vía democrática para defender sus aspiraciones, sin que las armas tengan papel alguno, y que todas las víctimas de la violencia tengan su reconocimiento y reparo.
Enhorabuena David por tu artículo
Que todo el mundo entienda que una injusticia contra un hispano es una injusticia contra todos los hispanos, y somos 600 millones de corazones unidos por un sentimiento común.
Mi total solidaridad con la gran Diana Perafan